¿Has oído hablar del Design Thinking y el diseño de dashboards pero no sabes muy bien en qué consiste? Vamos a intentar dar respuestas a esta pregunta.
El término Design Thinking, hace referencia a un modelo de diseño utilizado para resolver problemas complejos empleando una visión y gestión creativas, que permite a todos los implicados en el proceso contribuir a las soluciones. Se considera un enfoque democrático capaz de movilizar todos los recursos de la empresa, ya que se centra en la persona y en su capacidad para desarrollar un proceso de pensamiento tanto como creador como receptor del proyecto.
Este debe su nombre al hecho de que se basa en los principios del diseño estratégico. El proceso y las herramientas se inspiran en los adoptados por los diseñadores para el desarrollo de ideas creativas, su selección y verificación. Esta metodología mejora la capacidad de una organización para tomar decisiones estratégicas eficaces y rentables, creando intercambio y «bienestar» para todas sus partes interesadas, internas y externas.
En cuanto al contenido, el objetivo del Design Thinking es identificar una solución innovadora a un problema, que satisfaga 3 criterios fundamentales: aceptación (del mercado o de las partes interesadas), viabilidad y rentabilidad o sostenibilidad económica.
El método promueve un proceso de diseño que, aunque con diferentes variaciones, implica ciertos pasos fundamentales. Una codificación propuesta en 2005 por David Kelley propone estos 5 pasos:
1. Empatizar: conocer al usuario para identificar el problema a resolver y, en consecuencia, el objetivo del proyecto.
2. Definir: centrar la atención en los problemas más importantes que hay que resolver, definiendo los datos y los actores clave
3. Idear: generar un gran volumen de ideas en torno al problema a resolver, analizar y buscar oportunidades
4. Prototipar: transformar las ideas en borradores y prototipos para validar las hipótesis internamente
5. Testar: realizar el producto/servicio para probarlo en su contexto
El proceso no es lineal, sino recursivo: en función del resultado de las fases de creación de prototipos y pruebas, puede ser necesario volver a las etapas anteriores para seguir verificando. En las distintas etapas se ponen en juego muchas ideas, sobre todo en las primeras fases, para seleccionar las mejores. Una herramienta típica son las sesiones de brainstorming, cuyo objetivo es sobre todo sacar a la luz las necesidades «humanas» que normalmente se tienen menos en cuenta. Para ello, es importante que el equipo esté formado por diferentes perfiles dentro de la organización, elegidas en función de la naturaleza del proyecto, y posibles actores clave externos, como clientes, proveedores, socios, etc., dirigidos por un jefe de proyecto.
El Design thinking y el diseño de los dashboards tiene en cuenta varios actores y conduce a un mejor diseño de la experiencia del usuario. ¿Cómo podemos aplicar esta metodología en la creación de un dashboard? Veamos juntos cómo aplicar las 5 fases del método.
1: Empatizar para definir usuarios y necesidades
El punto de partida para el diseño de cualquier producto digital, y por tanto también de un dashboard, es conocer a los usuarios para los que estamos diseñando. En concreto, se trata de entender sus necesidades y centrar en ellas el objetivo del proyecto. Así que empezamos con la fase de empatía planteando una serie de preguntas que van de lo genérico a lo específico, como una cascada:
- ¿Quiénes serán los usuarios del dashboard?
- ¿Por qué necesitan este dashboard?
- ¿Cuáles son los macroobjetivos? (por ejemplo, controlar las ventas)
- ¿Cuáles son los microobjetivos? (por ejemplo, controlar determinados productos en un periodo concreto)
- ¿Qué es importante controlar para tener bajo control los objetivos micro y macro?
- ¿Qué detalles interesan a los usuarios?
- ¿Cómo querrán ver el dashboard?
- ¿Qué interacciones querrán tener con el cuadro de mandos
Podemos ampliar la lista hasta reunir la información necesaria para comprender qué KPI, análisis y funcionalidades deberán estar presentes en el dashboard para satisfacer las necesidades de los usuarios.
2: Definir los elementos fundamentales
Una vez comprendida la base de usuarios y las necesidades que de ella se derivan, pasamos a priorizar los análisis y funcionalidades que hemos enumerado. Un dashboard no puede recoger todas las visualizaciones o KPI posibles, porque sobrecargarlo de elementos penalizaría su uso (¡recuerda siempre la carga cognitiva!).
Por tanto, un paso necesario es seleccionar en función de dos parámetros: importancia y viabilidad. Una buena forma de evaluar estos dos aspectos es enumerar los análisis y funcionalidades indicados y asignar a cada uno de ellos una puntuación de 1 a 5 tanto por su importancia como por su viabilidad. A continuación, estas puntuaciones pueden visualizarse en un gráfico de dispersión para comprender mejor las relaciones entre estos dos parámetros caso por caso. Será importante centrarse en los elementos que sean importantes pero que, sobre todo, tengan un nivel de viabilidad mayor que otros.
3: Idear e investigar oportunidades
Una vez definidos los análisis y funcionalidades que formarán parte del dashboard, podemos pasar a la fase de ideación. Este es el momento en el que nos centramos en qué gráficos serán necesarios para responder a las demandas definidas en el paso anterior y qué diseño puede presentarlos de la mejor manera. En esta fase, es crucial pensar teniendo en cuenta los principios de la visualización de datos. El uso del brainstorming permite recoger todas las ideas y luego evaluarlas a partir de algunas preguntas:
- ¿Qué gráfico hace que la información se lea más rápida y correctamente?
- ¿Qué información debe destacar más?
- ¿Qué disposición de los elementos favorece una lectura clara de la visualización?
- ¿Qué elementos de interacción deben estar presentes?
Al final de esta fase, tendremos el paquete de visualizaciones a incluir en el cuadro de mandos ordenadas según su importancia, así como los elementos de disposición necesarios para garantizar la funcionalidad requerida.
4: Prototipado mediante la creación de una primera maqueta
El design thinking y el diseño de dashboards permite reunir todas las piezas creadas y estudiadas hasta el momento: ¡es el momento de construir la primera maqueta! Una maqueta o prototipo permite reproducir el dashboard en su aspecto final o en una versión simplificada para probar su funcionamiento internamente. Los gráficos toman forma y asumen una posición en el cuadro de mandos; el área del dashboard también toma forma, definiendo la posición de la cabecera, el pie de página, los widgets; se colocan botones, filtros, barras de navegación y otras herramientas de interacción. Esto permite al grupo de trabajo poner a prueba las ideas previamente elaboradas.
Las maquetas pueden ser de dos tipos: de baja fidelidad, es decir, un esbozo del dashboard sin tener en cuenta los elementos de diseño de la interfaz de usuario (color, fuentes, iconos,…), o de alta fidelidad, en las que se realiza una reproducción fiel del resultado final. En ambos casos, el objetivo será hacer una prueba inicial, primero interna y luego también compartida con el equipo más amplio, antes de pasar al desarrollo del cuadro de mando con el software de BI.
5: Probar el dashboard con el usuario
El último paso es la prueba con el usuario. Si se ha superado la primera prueba con el prototipo, se puede proceder a la construcción del dashboard real utilizando software de BI. El resultado será «real» y le permitirá pasar a la fase final de pruebas para su verificación externa. Una vez superada la prueba, su dashboard estará listo para ser utilizado.
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