Tableau es una herramienta para visualizar y explorar datos, pero cuando la experiencia del usuario es lenta o engorrosa, todo el proceso puede verse afectado. Por eso es importante que los workbooks (libros de trabajo de Tableau) sean eficientes. La eficiencia es un concepto citado a menudo por los clientes que necesitan dashboards óptimos y con capacidad de respuesta.
Pero, ¿qué se entiende por «eficiencia»? Según Tableau, un libro de trabajo puede considerarse eficaz cuando cumple dos criterios: en primer lugar, utiliza los principios del análisis visual para comunicar el mensaje del autor y, en segundo lugar, ofrece una respuesta oportuna (en unos segundos aproximadamente).
Principios básicos
El rendimiento de los libros de trabajo puede verse afectado por una serie de factores, como la conexión de datos, las consultas realizadas, los cálculos y las visualizaciones creadas. Hay tres reglas principales que hay que conocer:
- Todo, pero con moderación: Tableau permite crear cuadros de mando e informes con muchos gráficos que interactúan, pero esto no significa que un libro de trabajo con 100 cuadros de mando sea tan eficiente como un libro de trabajo con la mitad de cuadros de mando. Cuantas más fuentes de datos, gráficos y cuadros de mando haya, más bajará el rendimiento.
- Lo que es lento en la base de datos, también lo será en Tableau: las bases de datos deben optimizarse si se quiere conseguir velocidad de respuesta en las consultas.
- Lo que es lento en Tableau Desktop, será lento en Tableau Server: debido a su estructura y propósito (proporcionar acceso simultáneo a múltiples usuarios), Tableau Server es ligeramente más lento que Tableau Desktop, por lo que un libro de trabajo que es lento en Tableau Desktop también lo será en Tableau Server.
Diseño de cuadernos de trabajo
El objetivo de Tableau es crear libros de trabajo que sean visuales, interactivos, rápidos, sencillos y bonitos. La eficiencia es, por tanto, una consecuencia de todos estos objetivos, y para conseguirla hay que tenerlos siempre presentes. Por ello, Tableau no está diseñado para limitarse a mostrar grandes tablas numéricas, sino que tiene su fuerza en el conjunto de gráficos y acciones que permiten la interacción.
La diferencia entre un dashboard diseñado y construido como en la imagen superior (una tabla con mucho detalle) frente a un cuadro de mando creado utilizando las capacidades de Tableau (como en la imagen inferior) es obvia: el primero quiere mostrar todos los datos posibles, mientras que el segundo deja al usuario libre para navegar por los datos y profundizar en los conocimientos del cuadro de mando clic a clic.
Sin embargo, los problemas no son sólo visuales: el primer dashboard, de hecho, realizará una consulta mucho más exigente en la base de datos, ya que quiere mostrar todas las filas contenidas en el conjunto de datos. El segundo cuadro de mando parte de un nivel máximo de agregación. Esto permite desagregar el impacto de las consultas, sin pedir inmediatamente a la base de datos que muestre todo lo que contiene.
Ya hemos mostrado cómo medir el rendimiento de un libro de trabajo, y en una serie de próximos artículos profundizaremos en cómo hacer que nuestros libros de trabajo sean eficientes en Tableau.